Índice de contenido
Devoción a Lucifer: una evocación que nos permitirá entregarnos a Satanás, Padre del Inframundo, Rey de los demonios del Infierno.
El artículo que veremos hoy trata sobre el devoción a lucifer, en particular veremos como al realizar un ritual podemos evocarlo o mejor atraer su atención y entregarnos a el. Aquellos que practican este hechizo no están necesariamente obligados a convertirse en satanistas y hacer cosas horribles como matar animales o hacer sacrificios de sangre, esa es solo su elección personal.
Herramientas para convocar
- 2 velas negras (o rojas o azules)
- Una navaja o una aguja
- Hoja de papiro
- Bolígrafo (mejor si tienes tinta líquida)
- Encendedor o fósforo
Nota:
Antes de comenzar el hechizo deberías darte un baño o una ducha y use ropa limpia por respeto a la deidad.
Invocación a la devoción a Lucifer
Primero, ármate de lápiz y papel y empieza a escribir la evocación que luego dirás:
“Dios todopoderoso e inefable Satanás / Lucifer
Rey de todos los demonios del infierno
aquellos que son los verdaderos dioses y los originales.
Yo (diga su nombre y apellido) renuncio a cualquier
ya todas las membresías anteriores.
Renuncio al falso dios judío y cristiano
Renuncio a Jehová,
Renuncio al hijo vil e inútil que es Jesús.
Renuncio al Espíritu Santo.
Renuncio a Su protección, a su amor compasivo y falso.
Yo proclamo a Satanás / Lucifer
como mi único Dios.
Prometo reconocerlo y honrarlo en todo,
algunos sin reservas,
deseando solo su ayuda a cambio,
sólo su ayuda para superar los obstáculos que me pondrá la vida «.
Una vez escrita la evocación, tendrás que encender la vela, coger la aguja o el cúter, pincharse el dedo dedo índice izquierdo e firma el papiro con tu sangre. Luego, recite la oración en voz alta o mentalmente. Luego dobla la hoja de papiro y prende fuego con la llama de la vela. Medita mientras toda la vela está encendida, no te fuerces demasiado. Al final de la meditación, cierre el ritual con las palabras:
«Que así sea. ¡Salve Satán! «
Si tu quieres también puedes dejar una oferta en el lugar de la evocación.